Cada año, el evento más esperado del mundo del entretenimiento es el Oscar, y en su edición número 83 hubo de todo:
Lo Bueno:
La Academia, se puede decir, ha cambiado. Sí, un giro hacia la modernidad: se percibieron más actualizados en cuanto a escenografía, dinamismo, elementos visuales y auditivos más al tono de nuestros tiempos, aunque eso quizás contrastó un poco con la acostumbrada línea clásica.
Esta vez, los productores del Oscar apostaron por dejar en manos de dos jóvenes presentadores Anne Hathaway y James Franco -el cual salió con su teléfono celular aparentemente "tuiteando"- la difícil tarea de animar todo el evento y aunque las expectativas no fueron alcanzadas, es un gran paso que se dio y hay que reconocerlo.
La ceremonia comenzó con una impecable producción en formato "collage" de escenas de los filmes nominados a "Mejor Película" con el montaje de los presentadores dentro de ellas, con una excelente edición llena de chistes en referencia a momentos destacados de estas producciones cinematográficas.
Hubo nominados dignos del codiciado galardón que se llevaron la estatuilla, a pesar de que hasta el último momento se temía que la promoción y la evidente publicidad pagada de "The Social Network" amenazaba con llevarse todos los Oscars a los que estaba nominada. Aunque la Academia no es perfecta, dejando a muchos sin nominar y a veces premiando al menos merecedor, se puede decir que esta vez hubo un cierto balance.
La presencia de Billy Crystal y la proyección simultánea de Bob Hope corroboró el cariño y valor que se le da a los grandes presentadores y comediantes que alguna vez presentaron esta premiación. Sorpresivamente fue el momento más emotivo de toda la noche junto con la breve interpretación del maestro John Williams y su imponente tema de Star Wars (La Guerra de las Galaxias).
Lo Feo:
A pesar de la iniciativa de atraer a una audiencia más joven, Los Premios de La Academia 2011 perdieron la clase. Ver a un James Franco vestido de mujer (el cual parecía un travesti muy mal producido) así como también, su evidente burla hacia el público (que son millones en el mundo entero) cuando se le vio desde el principio de la ceremonia "muy entonado" casi sin poder moverse ni hablar, opacó no solo a Hathaway sino a la premiación como tal.
Fueron obvias las muestras de mezquinad que hubo de parte de los presentes al no molestarse en aplaudir a sus compañeros, por el simple hecho de no estar de acuerdo con los ganadores de esa noche. Los discursos poco memorables, torpes, inconsistentes y apagados, no ayudaron a darle ese brillo especial y a trasmitir esas emociones que solo un ganador del Oscar es capaz de hacer. Quedó claro que se perdió la magia este año.
Lo Malo:
Así como está sucediendo en todas las entregas de premios, se están dedicando a producir mejor la "Red Carpet" (La Alfombra Roja) que los premios en sí. Quizás haciendo el mismo esfuerzo en toda la ceremonia, hubiese sido una noche inolvidable y majestuosa. También en lo malo, hay que incluir a James Franco (otra vez) y a Gwyneth Paltrow (por su terrible "interpretación").
Cada vez hay menos reconocimientos en el momento de la transmisión de estos premios hacia figuras grandes del cine. Poco se mostró de los del cine.
Los Oscars en su versión 83 en cuanto a premiaciones trataron de complacer a todo el mundo, y a los que no, por lo menos le regalaron muchas nominaciones. Este año fue extremadamente "políticamente correcto", moderno, pero sin gusto. Se espera que después de 26 años consecutivos que lleva la cadena ABC produciendo estos prestigiosos premios, no llegue a la edición 84 con las fallas técnicas y "emocionales" que un evento de tal magnitud no puede tener si quiere seguir siendo considerado el galardón más importante del cine en el mundo.
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